Siempre me ha gustado encontrarle un
sentido inexistente a las cosas. Una
idea paciente, demorada; algo que no se
descifra al segundo, pero que, cuando se
observa y se piensa, se revela un significado que antes no estaba ahí.
Aún en el resultado más sencillo, hay un transfondo de preguntas, ideas y conexiones. Mi mirada se nutre del mundo, de su diversidad, de lo que muchos pasan por alto y entre cada intercambio con lo que me rodea, ese proceso se transforma y se enriquece de significado.
En ese ciclo entre observar, pensar y crear, encuentro la posibilidad de encontrar un espacio estático que abraza el proceso y la transformación. Espacios donde se puede mostrar el mundo que creamos con nuestra mirada.
Siempre me ha gustado encontrarle un sentido inexistente a las cosas. Una idea paciente, demorada; algo que no se descifra al segundo, pero que, cuando se observa y se piensa, se revela un signifi-